- Cariño, ¿Por qué no compramos un castillo para vivir como reyes?

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domingo, 24 de abril de 2011

De princesita a mujer

De pequeña me ilusionaba con los cuentos de princesas, creía que aquel mundo encantado sería el mismo que viviría cuando creciera y que yo también tendría la felicidad en la palma de mi mano. Con el paso de los años, algún que otro golpe, lágrimas y risas igualadas, sentimientos contradictorios y una dura realidad, me he dado cuenta que la vida no es como la pintan. Cada uno debe coger sus propias pinturas y crear el cuento de su vida. En él habrá días grises, nublados y con tormentas, pero también habrá días soleados. Sí, esos días en que las nubes recorren pícaras el cielo en busca de sueños. Y habrá días de luna llena donde su luz ilumine las ilusiones de las personas. La vida no será siempre de color rosa, será del color que se quiera pintar. La mía es turquesa porque soy como un mar. Me rompo como las olas contra la arena de la orilla y me pierdo entre el agua. Después de la tempestad de dichas aguas, vuelvo cargada de energía y dispuesta a parar cientos de gramos de arena a mis pies, aunque me rompa de nuevo.

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