Silencio, sincero y cálido, esconde tras de sí un secreto. Sentimientos ocultos durante tanto tiempo vuelan alto y gritan entusiasmados. Quieren ser oídos, no tienen miedo. Luchan contra sus propios demonios y vencen victoriosos. Latidos fuertes hacen crujir las paredes. Pretender tirarlas, ser libres. Susurros retumban con cariño. Él se despierta. Nota una leve presión en su pecho. Sonríe. Sigue a su lado, no se ha ido. La mira ensimismado en un sinfín de pensamientos. La abraza. Es un abrazo tímido. No quiere despertarla. La besa en la frente. Le aparta algún que otro mechón de su rostro. La observa pensativo. Es preciosa, se dice. La desnudez de su cuerpo le hechiza. Su silueta es mágica. Incluso dormida tiene algo que la hace única. Recuerdos de la noche anterior vuelven a él...
- Cariño, ¿Por qué no compramos un castillo para vivir como reyes?
+ No, mejor compramos un manicomio y follamos como locos.
+ No, mejor compramos un manicomio y follamos como locos.
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