- Cariño, ¿Por qué no compramos un castillo para vivir como reyes?

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domingo, 1 de agosto de 2010

Como un niño pequeño

"Siempre es siempre, te lo prometo"- Sueles decirme. Mas todo es mentira, tú mismo me lo has demostrado. Eres como un niño pequeño, tienes la mente llena de ilusiones. Eres tan frágil como las nubes. Sí, esas tan bonitas que hay cada día en el cielo. Las que miras con cariño intentando adivinar qué forma tienen y no dejas de mirarlas hasta que encuentras esa forma que tanto buscabas. El viento te reclama, pide a gritos tu cabeza. Pues tú eres más libre y poderoso que él, llegas a más gente con un solo susurro. El sol está preocupado, hace años que dejó de ser el astro rey. Tus ojos robaron su lugar, son las estrellas más bonitas de todo el universo. Eres esa fórmula tan buscada... La perfección. Tus imperfecciones son perfectas, son las que siempre suelo recordar. Tienes un don, aprovéchalo.

Las heridas que no se ven son las más profundas, decía Shakespeare.

Mi corazón sangra por dolor y no por inercia. Tiene miedo, intenta hacerse un hueco entre mi pecho y salir a la superficie en busca de consuelo. No puede más, reclama todas y cada una de las promesas que le hiciste. Llora en silencio, cada latido es un grito. Late con fuerza, a toda velocidad, está poseído. Recuerda, palabras e imágenes del pasado vuelven a él. Lo atormentan, no tienen piedad por su alma. Le piden explicaciones, quieren que no te deje escapar. Eres su vida, sin ti nunca más podrá volver a latir. Está confuso, no sabe qué hacer o qué decir. Te quiere, eso lo tiene claro. El dolor lo acorrala en una esquina, le venda los ojos y le da a elegir: tú o él. Gotas de sudor caen sin parar, la presión le vence poco a poco. Te ha esperado durante meses, pero ya es demasiado tarde.

-Él- Le susurra al viento en un último suspiro de vida.

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