Lágrimas nacen de mí ser, desde principio a fin, consiguen castigarme. Hacen surcos sin piedad en lo más hondo de mi piel. Me queman, se ríen y siguen su camino. Se deslizan delicadas sin temor. Yo, en medio de la nada, huyo dejando atrás mis miedos. No quiero mirar, no puedo hacerlo, algo me lo impide. Quiero correr, mas todos mis esfuerzos son en vano. Estoy paralizada, tengo miedo. Grito con fuerza en silencio, oigo mi eco perdiéndose sin ser escuchado. Tengo frío, mi cuerpo tiembla. Lo siento, me rompo poco a poco. Me encojo en mí misma. Canto nuestra canción…
Aquella que tantas veces me devolvió la vida y ahora me la está quitando. Calambres recorren mi cuerpo, se apoderan de mí. Me hacen daño, arañan mi alma. Derriten el fuego de mi vida, se lo llevan, no tienen compasión alguna. Caigo en el olvido, mas ya no hay ningún sonido, incluso el silencio es vilmente perturbado. Por última vez lo oigo… Latido tras latido, se aleja.
Aquella que tantas veces me devolvió la vida y ahora me la está quitando. Calambres recorren mi cuerpo, se apoderan de mí. Me hacen daño, arañan mi alma. Derriten el fuego de mi vida, se lo llevan, no tienen compasión alguna. Caigo en el olvido, mas ya no hay ningún sonido, incluso el silencio es vilmente perturbado. Por última vez lo oigo… Latido tras latido, se aleja.