- Cariño, ¿Por qué no compramos un castillo para vivir como reyes?

+ No, mejor compramos un manicomio y follamos como locos.

miércoles, 5 de agosto de 2015

Nada es lo que parece

El pequeño león solía esconderse detrás de los árboles cuando veía que el resto de leones volvían a casa. Intentaba no ser visto y los observaba durante horas para así después poder imitarlos. Trataba de rugir como ellos, aunque de su boca no salía ni un simple suspiro. Lo trataba una y otra vez sin obtener ningún resultado. Sus padres le veían tan preocupado y desanimado que le daban ánimos diciéndole que cuando fuera más mayor conseguiría ser tan fiero como los demás.

Un día, el pequeño león se adentró en la selva. Allí se encontró con un mono que le miraba fijamente desde una rama. Al momento comenzó a rugirle como si no hubiera un mañana, tal y como había visto hacer tantas veces. El mono no pudo aguantarse la risa y dijo:

-          Pequeñín, si más que un león pareces un lindo gatito.

-          ¿A ti también te lo parezco? – dijo el pequeño león decepcionado.

-          Para rugir como una gran bestia antes necesitas crecer, pero dime, ¿Por qué quieres ser como los demás?

-          No sé… El resto de leones se hacen respetar, son los animales más temidos de la selva. Yo, sin embargo, ni siquiera te asusto a ti.

-          Te diré una cosa, no es respeto lo que obtienen los de tu especie, sino temor. Se imponen al resto sin importarles lo que éstos piensen. Incluso acaban con la vida de muchos. ¿Acaso quieres ser eso, una bestia salvaje más? – preguntó el mono intentándole hacer ver la realidad.

-          Tienes razón, no sabía que los monos fueran tan sabios. Quizá debería parecerme a ti.

-          No, sólo debes ser tú mismo, no quieras ser como nadie. Déjate guiar por lo que tienes dentro de ti y no lo que ves a tu alrededor.


Así fue como el pequeño león se convirtió con el tiempo en el único león respetado por sus grandes logros y no por sus viles castigos. Conservó la amistad con el mono, quién le ayudaba a reinar sobre el resto de animales. Finalmente se dio cuenta que cada uno debe perseguir sus propios sueños y obtenerlos siendo uno mismo, teniendo una personalidad formada. El tiempo pone todo en su lugar y aclara las dudas que pensábamos que jamás podrían ser resueltas. 

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