El tiempo pasa y se lleva consigo sueños anhelados, deseos tímidos y sonrisas asustadas. Palabras suenan a lo lejos, atormentan la paz y gritan salvajes. Corren como alma que lleva el diablo, buscan algo. Abren el baúl de los recuerdos, aquel que llevaba tanto tiempo cerrado. Son envueltas por promesas tristes, promesas infinitas, promesas mudas, promesas prometidas, promesas nunca cumplidas. Ella les está esperando. Valiente y decidida, mas solo son apariencias, la piel de lobo le siente muy bien al cordero. Frágil como el dulce pétalo de una rosa. Una rosa negra, negra por el dolor que emana de su ser. Agua brillante se desliza delicada por cada recóndito escondite de su rostro. Juega divertida haciendo surcos sin reparo. Tic, tac, toc. Pasan los segundos, el tiempo deja de ser su mayor aliado. Pum,pum, pum. Vuelan las horas, su esencia se apaga veloz. El último latido suena más fuerte que los demás, grita desgarrándole el alma. Yace inerte. Su mirada no brilla. Su sonrisa está apagada. Sus labios están sellados. Sus manos son porosas. Sus pies están fríos. Y ella... Ella está muerta.
- Cariño, ¿Por qué no compramos un castillo para vivir como reyes?
+ No, mejor compramos un manicomio y follamos como locos.
+ No, mejor compramos un manicomio y follamos como locos.
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