- Cariño, ¿Por qué no compramos un castillo para vivir como reyes?

+ No, mejor compramos un manicomio y follamos como locos.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Breath me

- Pequeña, ten cuidado. Estás jugando con fuego cuando aún dominas la llama.


- ¿Por qué dice eso?


- Eres joven, mírate ante el espejo y dime qué ves.


- Veo... Me veo a mí.

- Bien, ¿Y qué más ves?

- Nada, sólo veo mi cuerpo.

- Puede que nunca te lo hayan dicho, el reflejo de tu mirada es la puerta que lleva hacia tu alma.

- No le entiendo... ¿Mi alma? ¿Qué es el alma?

- Cariño, es complicado. Es algo tan sumamente infinito, que las simples palabras que te pueda decir esta vieja anciana te harán creer que estoy loca.

- ¿Puede verla?

- Sí.

- ¿Cómo? ¿Yo también puedo?

- No lo creo... Sólo los ancianos podemos verla, dicen que la sabiduría recae sobre nosotros.

- ¿Y cómo es la mía?

- La tuya oculta muchos secretos tras de sí. Incluso para mí es difícil mirar a través de ella. Te seré sincera, pero escucha atenta y no se lo digas a nadie.

- Sí...

- El mayor arte creado se apodera de ti, el amor. Te venda los ojos y te muestra lo que él quiere. Te hace vivir de ilusiones, respirar deseos y dormir entre recuerdos. Tu corazón es sometido a torturas maquiavélicas. Su melodía es triste, tímida y olvidadiza, salta de un compás a otro sin tener en cuenta el del medio. Un camino de moras le envuelve, exquisito olor el suyo. Y su luz... Aquella que tiempo atrás brillaba con poderío, poco a poco va apagándose.

 
Recuerda pequeña... La vida no se mide por el número de veces que respiras, sino por el número de momentos que te dejan sin respiración.

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