Hace tiempo que no sé ni cómo comenzar a escribir. Solía creer que me ayudaba a desahogarme y calmar así mis furtivos pensamientos. Solía creerlo, sí…
A veces observo a las personas que me rodean. Me fijo en todo lo que dicen, pero mucho más en aquello que callan, ya sea por miedo o por prudencia. Me divierte pensar que muchos de ellos simplemente fingen ser quién en verdad no son. Algunos se llegan a meter tanto en el papel que mentir es su única verdad. Otros simplemente se muestran tan cristalinos como el agua más pura. Y total… ¿Cuánto tiempo puede durar una mentira?
Nunca me ha gustado actuar sin pensar, aunque acostumbro a hacerlo. Sí, en casa del herrero cuchara de palo. Siempre habrá cosas que jamás cambiarán, por mucho que el tiempo se empeñe en pasar. Estoy cansada de las medias tintas y el “Correveidile” porque es ahí cuando la mentira pisa el acelerador y la verdad le deja con el culo al aire.
Cuando alguien te importa de verdad aunque el orgullo ocupe más que uno mismo, terminas tragándotelo. Sin embargo, hay veces en las que pones toda la carne en el asador luchando por una causa perdida. Dándolo todo a sabiendas que todo estaba perdido mucho antes de comenzar, mas yo creo que en eso consiste la vida. No podemos usar un mapa para orientarnos, ni siquiera pedir una segunda opinión como los médicos, pese a ser más que recomendable. Simplemente tenemos que vivir, vivir la vida. Es esencial olvidarse del qué dirán, ya que siempre te criticarán, hagas las cosas bien o mal. Ser uno mismo, ahí está la clave. Y olvidarnos del “Si no te gustan mis principios, tengo otros” porque no somos simples máquinas programadas para ser tal y como nos piden.
“Aparentar es la llave más próxima a la falsedad y por ende, a la soledad”